
Esto que te voy a contar igual te vuela la cabeza.
Porque los policías de las normas dirán que eso no se hace así.
Pero funciona.
Vaya si funciona.
Te voy a contar el método más infalible para saber si un sistema es bueno o no.
La evolución al implantar un nuevo sistema suele ser lenta.
A veces es tan lenta, que no se aprecian bien los cambios.
Y tenemos a personas dedicando una enorme cantidad de horas en elaborar gráficas.
Excels con datos sobre cómo esto ha mejorado un 3%, aquello un 5%…
Y sabemos que las gráficas las carga el diablo.
Porque no vas a elaborar una gráfica preciosa que diga que las cosas han empeorado.
Y peor aún…
Antes de implantar el sistema seguramente no tenías datos, así que no hay gráfica posible.
Pero hay una solución.
Muy fácil.
Tan fácil, que casi nadie la aplica.
Consiste en…
Escuchar.
Así de fácil.
Así de difícil.
Porque a veces no escuchamos.
O no escuchamos a quien debemos.
Hay que escuchar a los viejos del lugar.
Que no significa que sean viejos de edad.
Sino viejos en el sentido de que tengan antigüedad en la empresa.
Que estuvieran ahí antes que los ladrillos del edificio.
O al menos, antes de que se implantara un sistema.
Esas son las personas que te darán la mejor información.
En situaciones muy cotidianas.
Por ejemplo…
Necesitas un recambio.
Abres tu aplicación.
Buscas el producto, y la ubicación a donde debes ir a buscarlo.
Vas al almacén.
Bajas un palet del tercer piso.
Abres una caja, y sacas el producto que buscabas.
Uno de los «viejos del lugar» te cuenta cómo se hacía antes.
Se preguntaba a la persona que manejaba el material, y te decía que más o menos estaría entre esos palets de ahí.
Bajabas unos cuantos y rebuscabas.
A veces aparecía la pieza al cabo de un par de horas.
Otras veces ni aparecía, y se pedía urgentemente.
Después resultaba que al buscar otra cosa al cabo de los meses estaba ahí.
En algún caso se encontraba rápido.
Pero era raro.
Total…
Que en estos casos es cuando comparas el antes y el después.
Ves claramente que antes se desperdiciaba mucho tiempo.
Y ahora todo funciona como debe.
Seguramente costó un esfuerzo implantar el sistema.
Pero es fácil darse cuenta de la cantidad de problemas que se están evitando.
Así que ya sabes…
Escucha a los viejos del lugar.
Pídeles que te cuenten sus batallitas.
Si te dicen que todo ha cambiado poco, prueba mi sistema.
Así dentro de unos años, los viejos del lugar hablarán muy bien de ti.
PD: Nunca menosprecies la sabiduría de los viejos del lugar, porque algún día tú serás uno de ellos.
PD2: Este artículo es una copia de un correo que envié en 2022. Cada día envío un email, y muy pocos los publico aquí. Si quieres recibirlos, apúntate haciendo clic aquí. Si no estabas apuntado, nunca sabrás lo que escribí ayer.
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