A la hora de gestionar los trabajos de un taller de reparación o mantenimiento, se da mucha importancia a las estadísticas.
Pero ¿son realmente útiles?
Depende.
Cuando he implantado planes de mantenimiento, las estadísticas que más me importan son las que muestran la evolución.
Es decir, no me importa si se hacen 10 o 100 intervenciones en un mes.
Tampoco me importa el trabajo concreto que hace cada técnico.
Pero sí quiero saber si las averías críticas se reducen.
O si una máquina tiene cada vez más tiempo de parada por averías o menos.
Porque eso nos dirá si la empresa está ganando fiabilidad, o está perdiéndola.
Eso es lo que demuestra si invertir en mantenimiento está siendo rentable o no.
Peeeero…
Para obtener estadísticas reales, hay que recopilar datos reales.
Si olvidamos apuntar una avería, porque nos parece poco importante, la estamos cagando.
Literalmente.
En la industria, las pequeñas paradas acumuladas son las que producen más problemas.
Por tres motivos:
- Al sumar todos los tiempos de parada, las pérdidas son elevadas
- Al no darles importancia, no se adoptan medidas preventivas
- Suelen tener costes indirectos asociados: desperdicios al arrancar, pérdida de concentración, interrupción del trabajo en cadena…
Es habitual que una empresa invierta mucho dinero en un gran proyecto que evita grandes paradas.
Más de una vez, es fácil resolver las paradas cortas repetitivas invirtiendo muy poco.
Y habitualmente se gana más tiempo de producción (más dinero) resolviendo estas pequeñas paradas.
Por eso es importante recopilar toda la información.
Y además, esa información debe procesarse correctamente.
Para que las estadísticas sean reales, útiles, y permitan tomar decisiones acertadas.
Hay muchas formas de hacerlo.
Lo importante es que se haga.
Por eso, hay que usar métodos simples y ágiles.
Si es complicado, no se hará.
Si requiere esfuerzo, no se hará.
Si no se ven resultados, no se hará.
Busca la forma de que todas las paradas imprevistas queden registradas.
Y que las estadísticas se generen de forma automática, o con unos pocos clics de ratón.
Este cambio puede ahorrar miles de euros al año a una pequeña fábrica.
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