Seguramente ya has escuchado esta historia antes.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los ingleses hicieron un estudio.
Marcaron en un único avión los lugares donde habían recibido impactos de bala todos los aviones que regresaban del frente.
Su idea era reforzar estos puntos para hacerlos invulnerables.
Pero gracias a un matemático, del que no recuerdo el nombre (si te interesa usa Google), se dieron cuenta de su error.
Porque los impactos en los que se estaban fijando eran los que no importaban.
Los aviones volaban igual con esos agujeros.
Volvían a casa.
Los impactos realmente importantes eran los que habían recibido los aviones derribados.
Los que nunca regresaron.
Así que el blindaje se debía reforzar en el resto del avión, precisamente donde los aviones supervivientes no tenían agujeros.
¿Qué coj…s tiene esto que ver con el mantenimiento industrial?
Simple.
Llevo desde que empecé en este mundillo, escuchando a gente que se centra en lo que hacemos los técnicos.
Cuando lo importante es lo que no hacemos.
O mejor dicho, en lo que evitamos.
Rellenar papeles para justificar que hemos ejecutado muchas tareas no tiene sentido.
Creo que nunca daremos suficiente importancia a pensar más y actuar menos.
Documentar los trabajos es muy importante.
Pero no para justificar las horas que hemos trabajado.
No.
Nunca.
Caca!!
Hay que documentar para poder analizar la información.
Lo que ahora se llama big data, pero llevado al nivel útil.
Si tenemos información, podemos comprobar si estamos consiguiendo los resultados que buscamos.
Yo no quiero tener a muchos técnicos desmontando las máquinas, limpiándolas y volviéndolas a montar.
Lo que quiero es que las máquinas estén funcionando.
Paradas por mantenimiento preventivo no.
Funcionando sacando productos sí.
No confundir con evitar paradas preventivas necesarias.
Quiero evitar sorpresas.
Que las máquinas no se paren cuando no deben.
Solo cuando sabemos que parar dará mejores resultados que no parar.
Que las máquinas trabajen con fiabilidad, seguridad y calidad.
Y si hay un técnicos cobrando por observar la máquina durante ocho horas, perfecto.
Si así conseguimos que la máquina funcione al 100%, no hay nada que objetar.
Un técnico es más valioso analizando y adelantándose a los problemas, que debajo de una máquina con las manos llenas de grasa.
En definitiva, no se trata de apagar fuegos, sino de evitarlos.
Cuanto menos se nota que hay un técnico trabajando, mejor.
Si el técnico pasa cada vez más tiempo observando la máquina en marcha, y menos reparando la máquina parada, vamos bien.
Si nos cuesta verlo, y no sabemos si es que la persona está desmotivada o se ha vuelto vaga, siempre tendremos los datos.
Si la máquina es cada vez más estable y previsible, podemos estar tranquilos.
Nuestro cerebro nos miente, con el sesgo de supervivencia y otros muchos.
Nuestra opinión puede cambiar.
Los hechos no.
Si documentamos los hechos, la información evita que nos equivoquemos.
Si además los documentamos bien, podremos conseguir la información más fiable y fácil de interpretar.
Si no sabes cómo hacerlo, usa Zafirplan.
Tienes la demo durante un mes sin compromisos.
Si no te gusta, la desinstalas y punto, sin comerciales llamándote a todas horas.
Aunque te advierto que los usuarios que llevan años usando Zafirplan no lo cambian por nada.
Porque pueden dar datos fiables a sus jefes, o a los auditores.
Porque ya tienen la información para detectar los problemas en los que deben centrarse.
Porque detectan los «agujeros de bala» críticos y los resuelven primero.
Cuando no quedan impactos críticos y el piloto está durmiendo, es cuando hay tiempo para reparar los agujeros menos importantes.
PD1: Haz clic aquí para probar la demo de Zafirplan.
PD2: Cuando instales la demo y hayas visto un poco cómo es por dentro, escríbeme o concertamos una llamada, para que veas cómo adaptarla a tu forma de trabajar.
PD3: Este artículo es una copia de un correo que envié el 23/02/2022. Cada día envío un email, y muy pocos los publico aquí. Si quieres recibirlos, apúntate haciendo clic aquí. Si no estabas apuntado, nunca sabrás lo que escribí ayer.

Deja una respuesta