Leer el artículo anterior Gestionar las reparaciones 1/3: Una reparación pierde valor si está mal gestionada
Si no has leído el artículo anterior, es importante que lo hagas antes de este, o no entenderás las comparaciones.
Una mala gestión es la vía más segura para hundir un taller
En el primer ejemplo del artículo anterior te contaba una situación que puede ser general o puntual.
Si las incidencias surgen en ocasiones puntuales, tampoco tienen tanta importancia.
No se puede predecir todo, y los errores ocurren.
Cada situación tiene unas consecuencias, que habrá que asumir.
Podría darse el caso de que un error arruine la relación con un buen cliente.
En el peor de los casos, un descuido podría provocar un accidente, o un daño importante en una instalación.
Depende de cada situación.
Lo que sí está claro, es que un taller mal gestionado de forma permanente, está condenado al fracaso.
Un malentendido, o una situación desagradable, puede solucionarse con un descuento.
Yo lo he hecho más de una vez.
Por ejemplo, si he tenido que volver al taller a buscar una herramienta olvidada, no he contado ese tiempo en la factura.
Es una buena forma de transmitir al cliente que te haces responsable de tus errores.
No es algo grave.
Al fin y al cabo, estás compensando al cliente, porque se ha alargado la parada de producción.
El problema es cuando este tipo de situaciones se convierte en algo cotidiano.
Los errores dejan de ser algo puntual para convertirse en lo habitual.
Quizás hasta podemos habituarnos, y acabar por no darles importancia.
Si se acumulan los errores, es más probable que alguno tenga consecuencias muy graves.
Además, cuando cada avería se complica, al final pierdes mucho tiempo y dinero, y también se lo haces perder a los demás.
Los clientes dejan de confiar en ti, y los perderás cuando encuentren a alguien que ofrezca menos problemas.
Los técnicos de reparación estamos para resolver problemas, no para crearlos.
La buena gestión se nota, aunque no sea muy evidente
En el caso de un taller bien gestionado, son los detalles los que marcan la diferencia.
Al usar correctamente la información, las mismas personas pueden hacer más con menos esfuerzo.
Si se cometen menos errores, los resultados son mejores, más rápidos, y más baratos.
Así podemos ganar más, o cobrar menos sin perder margen de beneficio.
También hay otras ventajas, que no suelen tenerse muy en cuenta, aunque son muy importantes.
Cuando trabajamos con más eficacia, disfrutamos más de nuestro oficio.
Ser técnico de reparación es una vocación.
Cualquier trabajo que requiere una formación y mejora continua parte de una vocación.
Si no, no se consigue mantener la pasión durante años.
Cuando hay problemas que nos frenan y entorpecen el trabajo, nos desmotivamos.
Para no caer en la frustración, necesitamos superar metas y sentir que somos eficaces.
Muchos técnicos han abandonado el oficio para dedicarse a otros temas «más cómodos”.
Hay diferencias que se ven y además se notan
Como digo, las diferencias en el día a día entre talleres bien y mal gestionados no son muy llamativas.
Los errores, las situaciones de crisis, y todo tipo de problemas pueden surgir en cualquier momento.
No podemos prever todo, y muchas situaciones se originan por razones que escapan a nuestro control.
Lo que sí podemos hacer es controlar lo que está dentro de nuestras posibilidades.
Así reducimos las situaciones imprevistas en un gran porcentaje.
En definitiva, si pasas unas horas en un taller bien gestionado, quizás no notes mucha diferencia respecto a un taller sin ningún tipo de gestión.
Aunque no suele ser así, porque las personas que se preocupan mucho de la gestión, también lo hacen con todo lo demás, y se nota.
Pero ese es otro tema, que hoy no viene a cuento.
La cuestión es que las diferencias se notan más con el paso del tiempo.
Al cabo de un mes, si has reducido los imprevistos, habrás ahorrado muchas horas de trabajo.
Eso te habrá liberado de muchas tensiones, y a la vez te habrá dejado tiempo para reforzar otras tareas.
Los resultados globales sí serán muy distintos.
El tiempo convierte a los defectos en desastres
La mala gestión atrae a malos clientes y a malos profesionales
En un taller sin procedimientos definidos, ni gestión de la información, la productividad es menor.
No es solo una definición de libro, si lo piensas es totalmente lógico.
Los técnicos están más lastrados por los problemas habituales.
Es como remar a contracorriente.
Necesitas multiplicar los esfuerzos para avanzar.
Puedes trabajar mucho más para compensar las pérdidas.
Pero no por mucho tiempo.
He visto muchas veces una situación muy triste:
En las empresas con una mala organización del trabajo, los buenos profesionales no duran mucho tiempo.
Es normal, porque no tienen mucha dificultad para buscar un sitio en otra empresa mejor.
Y viceversa, los malos trabajadores se quedan, porque “más vale lo malo conocido”.
Si no se esfuerzan por mejorar, o no tienen suficiente autoestima, prefieren quedarse antes que salir a luchar por un puesto mejor en otro sitio.
Y si no están motivados para cambiar a mejor, tampoco tendrán interés para mejorar como profesionales.
En definitiva, las empresas mal organizadas acaban con personal de menor calidad.
Lo peor es que los directivos casi nunca se dan cuenta de esto.
Se dejan llevar por los asuntos del día a día y pierden esa perspectiva, que puede tener alguien más ajeno a la empresa.
Además, esa poca organización y motivación se contagia a la calidad que ofrecen a los clientes.
Así que los clientes buenos buscarán a proveedores de mayor calidad.
Igualmente, los clientes más conflictivos se aprovecharán de esa debilidad para exigir mejores precios, plazos, etc.
Finalmente, una empresa mal gestionada tendrá mala calidad, malos clientes, y personal menos capacitado.
Si algo es bueno, el tiempo lo mejora, como el vino
Una empresa bien gestionada atrae a buenos clientes y profesionales
Si pierdes menos tiempo y dinero en imprevistos, tienes más recursos para mejorar otros aspectos.
Es posible adelantar otras tareas, analizar mejor las causas de las averías, o dedicar unos minutos a ordenar las herramientas.
Aunque también puedes reducir la jornada laboral, aumentar salarios, o simplemente alargar diez minutos la hora del bocadillo.
No todo es cuestión de dinero.
Cualquier mejora revertirá en la motivación de las personas.
Así atraerás a mejores profesionales, porque ofrecerás mayores beneficios que otras empresas.
Esto lo saben muy bien las empresas tecnológicas más punteras.
Piensa en Google y sus vecinas.
Ofrecen a sus ingenieros todas las comodidades posibles, porque así consiguen a los mejores profesionales.
Con mejores profesionales hacen mejores productos, facturan más y tienen más beneficios.
Si solo ofrecieran un mejor salario, en cualquier momento otra empresa podría mejorarlo.
Por eso les ofrecen futbolines, comida de alta cocina gratis, salir a tomar el aire cuando quieran…
Todos queremos trabajar con los mejores jefes y los mejores clientes.
Para conseguirlo, debemos mejorar los resultados todo lo posible, para optimizar las inversiones respecto a los ingresos.
Si reparar te cuesta menos tiempo y dinero, tienes más tiempo y dinero para otras cosas.
Por eso debes organizar el trabajo lo mejor posible, además de recopilar y procesar toda la información relevante.
Recuerda que:
Cuanto mejor informado estés, mejores decisiones tomarás
Y aunque no lo parezca al principio, cuanto mejor sea tu empresa, mejores clientes tendrás.
Podrás dejar a los clientes conflictivos, y buscar a los que realmente quieres tener.
Da igual si te gestionas o te gestionan
Todo esto sirve tanto para técnicos autónomos como para talleres internos de una empresa, como el departamento de mantenimiento de una fábrica.
Los principios son siempre los mismos.
Si trabajas por cuenta ajena, eres el proveedor de tu jefe, y éste es tu cliente.
Aunque legal y fiscalmente sean figuras distintas, las bases son las mismas.
Si tu jefe no está contento con tu trabajo, buscará a otro trabajador que haga lo mismo por menos dinero, o que lo haga mejor por el mismo precio.
Si tu cliente no está contento con tu trabajo, buscará a otro proveedor que haga lo mismo por menos dinero, o que lo haga mejor por el mismo precio.
Por lo tanto, no caigas nunca en el error de pensar que si trabajas para otro, la gestión también es responsabilidad de otro.
Tampoco te vayas al extremo contrario, si eres autónomo o el responsable del negocio.
No creas que la solución mágica es tenerlo todo en tu cabeza y estar dirigiendo «al pie del cañón».
Los grandes capitanes de barco, o al menos los de las películas de piratas, se ponen al timón en las grandes tormentas.
Cuando el barco puede hundirse por el golpe de una ola, su experiencia y destreza son decisivas.
Pero el resto del tiempo, cuando el mar está en calma, están calculando el rumbo más adecuado o escribiendo en su diario.
¿Te imaginas a un gran capitán todo el día dando órdenes desde el timón?
Todo el mundo estaría ocupado hasta el agotamiento, y el barco acabaría perdido en el océano sin rumbo.
He visto a muchos «capitanes» de este tipo, que encima se jactaban de ser imprescindibles para que todo funcionase.
Al cabo de unos años, sus empresas no había evolucionado, porque no se habían preocupado del rumbo.
En el peor de los casos, no se habían adaptado a los nuevos mercados o competidores, y acababan cerrando.
Cuéntame tu batallita
Ahora me gustaría que tú me contases alguna experiencia que hayas tenido.
¿Has vivido casos extremos de falta de gestión?
¿Con qué película ilustrarías esa situación?
Comparte tu historia, antes de leer la tercera y última parte de la trilogía.
No te digo que compartas y te suscribas, porque sé que ya lo has hecho 😉
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Josep Martínez Martínez dice
Me ha gustado la expresión:
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Cuando trabajamos con más eficacia, disfrutamos más de nuestro oficio.
Ser técnico de reparación es una vocación.
Cualquier trabajo que requiere una formación y mejora continua parte de una vocación.
Si no, no se consigue mantener la pasión durante años.
Cuando hay problemas que nos frenan y entorpecen el trabajo, nos desmotivamos.
Para no caer en la frustración, necesitamos superar metas y sentir que somos eficaces.
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Es una afirmación romántica a la que me suscribo … yo lo siento así.
Otros, al ver eres así … te quieren cerca de ellos porque sus objetivos son compatibles con las siguientes expresiones:
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En las empresas con una mala organización del trabajo, los buenos profesionales no duran mucho tiempo.
Es normal, porque no tienen mucha dificultad para buscar un sitio en otra empresa mejor.
Y viceversa, los malos trabajadores se quedan, porque “más vale lo malo conocido”.
Si no se esfuerzan por mejorar, o no tienen suficiente autoestima, prefieren quedarse antes que salir a luchar por un puesto mejor en otro sitio.
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No entienden que una mejor gestión, una pasión por el servicio, un facilitar la vida a los reparadores … inciden sobre el cliente , que un cliente que se sienta escuchado … te pedirá más servicios y siempre hablará bien de tu empresa.
Solo piensan en facturación y servicio justo a lo contratado. Puede ser lo correcto a corto plazo, pero no a medio y mucho menos a largo.
JESUS ANTONIO NIÑO SEGURA dice
Esta bien definido la gestion para la realizacion del mantenimmiento y la forma de vender el servicio, la organizacion y planeacion es muy importante.