Improvisar.
Es como usar un destornillador.
Lo podemos hacer a diario.
En cada reparación.
Pero hay muchas formas de hacerlo.
Y no todas son correctas.
Es como en el jazz.
El músico toca lo que le sale, pero bien.
No de cualquier manera.
Se mantiene dentro de una escala, de un ritmo…
(En realidad esto es casi todo lo que sé sobre Jazz).
Otro ejemplo es el de los duelos raperos, freestyle, peleas de gallos, o como quieras llamarlo.
Un rapero se inventa una estrofa en tiempo real.
El otro le replica con otra estrofa que va inventando sobre la marcha.
Así varias veces.
Después un jurado valora, y gana el que ha improvisado mejor.
(No sé casi nada más sobre rap).
Aunque no te guste el género musical, puedes entender la dificultad.
No se nace con ese don.
Se puede tener facilidad, pero hay que aprender y practicar.
Sobre todo practicar.
Practicar mucho.
Estar casi todo el tiempo practicando.
Porque improvisar no es inventarte cosas al azar sin más.
Es decir, improvisar bien es:
– Adaptarnos a la situación que nos encontramos.
– Valorar los medios disponibles.
– Buscar las distintas soluciones que podemos aplicar inmediatamente.
– Asegurarnos de que la solución es satisfactoria (seguridad, calidad y productividad).
– Ejecutar la solución.
Aprendí a improvisar por necesidad.
Porque era habitual no tener los medios ideales para hacer una reparación.
No tenía más remedio que adaptarme y buscar alternativas.
Durante mi vida profesional, he tenido que improvisar cientos de veces.
A veces mis clientes han flipado.
Algunas veces hasta yo he flipado.
Porque a medida que he ido improvisando, se me ha hecho más sencillo.
También me he preocupado por la parte técnica de la improvisación.
Entender los materiales…
El funcionamiento de los elementos…
Así es como sabes si al cambiar una pieza por otra el resultado va a ser bueno o no.
Igual que el músico ha aprendido escalas, métricas…
Es la información la que te ayuda a improvisar.
El rapero tiene un montón de palabras preparadas…
El músico tiene intervalos e inversiones ensayadas…
El técnico tiene muchas piezas en mente…
Todos pueden cambiar la receta sin estropear el plato, porque conocen bien los ingredientes con los que cocinan (toma metáfora).
Lo que quiero transmitirte hoy, es la importancia de estar preparado para cuando necesites improvisar.
La información puede servirte para adaptarte a una situación compleja, y dejar flipado a todo el mundo.
Una buena forma de organizar la información es usar una aplicación de gestión.
PD: Si sabes mucho sobre jazz ¿me podrías recomendar una playlist de Spotify o algo así? Me gustaría saber un poco más, por si alguna vez tengo que «improvisar sobre ello».
PD2: Este artículo es una copia de un correo que envié en febrero de 2022. Cada día envío un email, y muy pocos los publico aquí. Si quieres recibirlos, apúntate haciendo clic aquí. Si no estabas apuntado, nunca sabrás lo que escribí ayer.
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